En la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965), Naciones Unidas define el racismo como:
Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, disfrute o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
Un ejemplo es la islamofobia.
Y hay que tener en cuenta que, en las sociedades actuales, a menudo el racismo se encuentra «escondido» en forma de microrracismos.
Agenda 2030
En septiembre de 2015, Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que establece 17 objetivos (ODS) para erradicar la pobreza, proteger el planeta y avanzar en la protección de los derechos humanos de todas las personas en todo el mundo.
El ODS 10 se dirige a la reducción de las desigualdades y, entre sus metas, incluye:
10.2 De aquí a 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.