La Cooperación Española considera la educación para la ciudadanía global como la quinta generación de la educación para el desarrollo, es decir, una evolución en el discurso que sostiene este ámbito educativo.

Con diferentes argumentos, Prats (2008) y Trotta, Jacott y Lundgren (2008), entre otros, coinciden que el término “ciudadanía global” es  equívoco y, además, forma parte del vocabulario de las grandes empresas multinacionales para referirse a la capacidad de las personas de servir a los fines de la organización desde cualquier parte del mundo. Sin embargo, su uso se está extendiendo, en parte por una tendencia internacional, en parte por la coincidencia del término con la competencia ciudadana incluida en la LOE, ya que facilita el acercamiento de los centros educativos a las propuestas educativas de las ONG para el Desarrollo.

“La ciudadanía global reivindica un espacio de participación en el ámbito transnacional. Desde esta perspectiva, se encuadran las propuestas políticas de modelos de democracia global y también la acción de los movimientos transnacionales de la sociedad civil. Se trata de una realidad muy heterogénea, compuesta por distintos agentes cuyas actividades van desde lo puramente local hasta lo global, pero que están inspiradas por una conciencia ética que convierte en una realidad tangible la perspectiva cosmopolita (Falk, 1998)” (Ortega, M.L., 2008).

Si la educación para la sostenibilidad destaca la dimensión de futuro de la educación, en el caso de la educación para la ciudadanía global se destaca la dimensión espacial, global, de los saberes; entendiendo este término en la acepción divulgada por Jacques Delors, que implica aprendizajes cognitivos, procedimentales, sociales y de valores.

En la actualidad, la ciudadanía se ejerce en un contexto globalizado, en el que las sociedades son interdependientes y sucesos regionales repercuten en otras partes del mundo, dando lugar a relaciones de causa-efecto entre conflictos, sólo aparentemente, locales: la sobreexplotación pesquera del Atlántico Norte y el secuestro de marineros europeos por piratas del África oriental; el trabajo infantil en Asia y la precariedad laboral en países europeos; el subdesarrollo humano y la inmigración; el armamentismo y el auge de bandas juveniles violentas;… Las políticas nacionales vienen marcadas por organismos transnacionales; la economía estatal depende de organizaciones privadas con ánimo de lucro, en ocasiones con sede fiscal en otros países… Si hemos de desarrollar la competencia ciudadana y capacitar para el ejercicio de una ciudadanía activa en democracia, la dimensión global de nuestro sistema social es ineludible.